Abonar las plantas: ¿por qué, cuándo, de qué manera?
Las plantas requieren una serie de nutrientes para desarrollarse bien, florecer en cantidad y con calidad, dar buenos frutos y resistir sequías y heladas. El sustrato necesita ser enriquecido de forma regular mediante el aporte de fertilizantes. Pero ¿qué abono conviene utilizar, cuándo y cómo aplicarlo? He aquí las respuestas.
Para desarrollarse, las plantas necesitan cantidades importantes de tres macronutrientes primarios: nitrógeno (N), fósforo (P), potasio (K). Y, en pequeña cuantía, macronutrientes secundarios: magnesio, azufre y calcio (en la mayor parte de España presente en las tierras calizas y las aguas de riego de mala calidad), y micronutrientes como hierro, cinc, cobre, boro, manganeso y molibdeno. Cada uno de estos elementos cumple una función diferente pero complementaria.
Las formulaciones NPK que se ven en el etiquetado de los envases de fertilizantes indican el porcentaje de los tres macronutrientes primarios. Estas letras muchas veces van seguidas de números que indican, normalmente, el porcentaje de magnesio y azufre.
Condicionantes
En general, las necesidades de las plantas están determinadas por el tipo de planta, su tamaño y su ciclo biológico, entre otros parámetros. La disponibilidad de los nutrientes presentes en el sustrato, por su parte, está muy relacionada con el pH; un rango ideal para el cultivo se sitúa, en general, entre un 5,5-6,5, con algunas excepciones.
El sustrato
Es importante que el sustrato cuente con una estructura y textura adecuadas. Por otra parte, no necesita lo mismo una planta que vive en un tiesto que otra que crece en el suelo. La mayoría de los sustratos que se emplean para la plantación y el trasplante llevan incorporados nutrientes, pero solo para dos o tres semanas. A partir de entonces ya se debe empezar a abonar. La tarea exige atención, ya que tanto la carencia como el exceso tienen consecuencias negativas para las plantas. Es de suma importancia, pues, ajustar las dosis según las recomendaciones del fabricante y suministrarlas en el momento adecuado.
Cómo se presentan los abonos
En el centro de jardinería encontrarás fertilizantes en distintas formas de presentación. En su formulación pueden intervenir sustancias exclusivamente de origen orgánico (bio), inorgánico, o una mezcla de ambas. Te contamos cómo y cuándo administrarlos.
ENMIENDAS ORGÁNICAS (compost o mantillo). Son materia orgánica de origen vegetal y/o animal (estiércol de caballo, vaca u oveja) más o menos descompuesta. En función del grado de descomposición los nutrientes estarán disponibles antes o después. Sobre todo mejoran la textura y estructura del suelo aumentando su esponjosidad y capacidad de retención de agua.
• Cuándo y cómo aplicar: Según las necesidades, la enmienda orgánica se puede aplicar en superficie o de fondo, en este caso entrecavando la tierra y revolviéndola con ella. Habitualmente se enmienda el suelo entre octubre y los meses de invierno, aprovechando las labores de labrado (huerto, parterres, borduras); en algunos casos coincide con la poda (rosales, setos). Protege las raíces de las heladas. Se realiza una o dos veces al año según la calidad del suelo.
• En tiestos y jardineras: A lo sumo, espolvorear por encima poca cantidad de enmienda orgánica. Si el sustrato ha perdido estructura y textura es mejor renovarlo parcialmente o cambiarlo si la planta admite un trasplante.
• En la plantación de árboles y arbustos: Si se mezcla con la tierra en el momento de plantar un árbol o arbusto en el suelo del jardín, debería representar como mucho entre un tres y un cinco por ciento del volumen. Si la materia orgánica que se aplica en profundidad no estuviera bien descompuesta y siguiera fermentando podría agotar las reservas de oxígeno creando un ambiente anaerobio pernicioso para las raíces.
GRANULADOS
El abono se presenta en gránulos que se esparcen sobre la tierra. Hay de dos tipos: rápidos, que liberan los nutrientes a lo largo de cuatro a seis semanas, y de liberación lenta, que pueden durar de tres a doce meses.
• Cuándo, cómo y cuánto aplicar: Se dispersan sobre la superficie del terreno y se cubren con un poco de sustrato para que la humedad los vaya disolviendo. Aplicar escrupulosamente la dosis indicada, especialmente en tiestos y jardineras.
• Qué es el abono azul: Suele ser un abono granulado complejo de aplicación universal. Algunos, los más tecnológicos, incorporan inhibidores de la nitrificación, lo que conlleva una mayor eficacia y respeto por el medio ambiente.
SOLUBLES
Se presentan en polvo para disolver en el agua de riego. Son una alternativa a los líquidos, pero más potentes, lo cual exige extremar las precauciones con la dosificación, sobre todo si se trata de plantas pequeñas.
BASTONES Y VARITAS
El abono se presenta en forma de clavos que se entierran. Son de liberación lenta y suelen ejercer su efecto durante dos a tres meses. La aplicación es cómoda y duradera.
• Cuándo, cómo y cuánto aplicar: Durante el periodo vegetativo. Para plantas que florecen en primavera-verano, por ejemplo, deben enterrarse en febrero-marzo. Se clavan a diferentes distancias del tronco. Los fabricantes indican la cantidad según el diámetro de la maceta.
LÍQUIDOS
De efecto más rápido que los abonos orgánicos y granulados, se aplican en su gran mayoría diluidos en el agua de riego.
• Cuándo, cómo y cuánto aplicar: Cada 7-20 días según la planta y su ciclo, generalmente desde la primavera hasta el otoño, con una parada estival (cuando las raíces trabajan menos y las hojas luchan contra la temperatura) y en el periodo de descanso vegetativo invernal.
• En tiestos y jardineras: Es la mejor forma de abonar las plantas de interior o exterior en contenedor, ya que, respetando la dosis, el riesgo de equivocación es menor.